martes, 2 de diciembre de 2014

Los riesgos de dejar de escribir a mano

Los riesgos de dejar de escribir a mano

Es asombrosa la facilidad con que los más pequeños se adaptan a la«era digital». Los más avispados, con apenas tres años son capaces ya de teclear su nombre en el móvil de sus padres y enviarlo, junto con un montón de iconos, por whatsapp, para regocijo de sus orgullosos progenitores. Y los propios planes educativos fomentan cada vez más el uso de las nuevas tecnologías, de modo que la tableta empieza a ser una herramienta tan habitual como lo había sido siempre el cuaderno.
Aparentemente, se podría pensar que así aprenden antes a reconocer las letras y parece que las largas horas que invertíamos en caligrafía las generaciones anteriores estarían de más. La rapidez con que el ordenador se introduce en las aulas reduce el tiempo que los chavales han de esforzarse en escribir a mano. Pero, ¿tiene alguna repercusión en el rendimiento académico?
Neurocientíficos y psicopedagogos se lo plantean. Escribir a mano tiene sus ventajas frente al uso del teclado. Entre ellas, facilita un mejor conocimiento de la ortografía, una mayor fluidez de ideas a la hora de escribir redacciones, mejor capacidad de lectura y, además, potencia la memoria.
Los estudios de neuroimagen evidencian que el cerebro se activa más cuando se escribe que cuando se teclea. En el primer caso se crea una representación interna de las letras que involucra la integración de las áreas visuales y motoras del cerebro. Además, se activan áreas relacionadas con la ortografía, sonido y significado de las palabras. Esas áreas se solapan con otras fundamentales en la producción ycomprensión del lenguaje, así como en la comprensión de la lectura, lo que podría explicar las habilidades que se potencian con la escritura.
Por el contrario, cuando los niños se limitan a teclear, simplemente están representando en su cerebro un mapa del teclado, según un estudio de la Universidad de Indiana publicado en «Frontiers in Psychology».

Mayor esfuerzo mental

Aprender a escribir a mano es un proceso más complejo que teclear unas letras y exige que el cerebro se esfuerce más. Hay que hacer unarepresentación mental de las letras que se van a escribir, y eso supone un mayor esfuerzo mental que a larga es rentable, explica Juan Lupiáñez, director del grupo de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Granada. Los caracteres que los niños se esfuerzan en poner por escrito no son siempre iguales, como los de imprenta, y eso les ayuda también a generalizar y a internalizar los rasgos esenciales con los que se representa cada letra, independientemente de la destreza con que se represente, añade. Ese aprendizaje tan profundo que propicia la escritura les ayuda después a reconocer mejor los signos que leen, con lo que la comprensión lectora también aumenta.
Y las ventajas se extienden más allá de los primeros años. Tomar notas con el ordenador es menos efectivo para el aprendizaje que hacerlo a mano, según un estudio publicado este mes en la revista «Pychological Science». Quienes cogen sus apuntes a mano tienen un aprendizaje más profundo de los conceptos, mientras que los que teclean tienen un recuerdo más literal, pero menos memoria de los aspectos conceptuales importantes de la clase, apunta Lupiáñez, que lo ha comprobado con sus alumnos.
«Cuando escribes a mano no tomas nota de todo, porque no da tiempo. A cambio, haces muchos procesos de integrar y seleccionar lo más importante y vas elaborando el contenido», explica. Por el contrario, el teclado facilita escribir mucho más rápido, con lo que la tendencia es a tomar apuntes literales, sin procesar mucho la información. «A mano el proceso es más dinámico, porque colocas flechas y vas integrando la información que recoges, algo que con el ordenador es más difícil hacer», aclara Lupiáñez.
En cualquier caso, señala, lo importante es el uso que se haga del ordenador, que puede ser muy útil si se utiliza adecuadamente, porque evita memorizar datos que pueden buscarse en internet pero exige tener las ideas claras para saber cómo encontrarlos. «Lo importante no es escritura a mano frente a ordenador, sino que a mano procesamos la información de una forma mucho más activa que si usamos el teclado. Para que el cerebro aprenda tienes que retarlo, ponerle al límite de lo que sabe y lo que no. Y así es como va adquiriendo nuevos conocimientos de forma sólida», concluye.
El psicopedagogo Pablo Canosa también defiende la escritura a mano, puesto que, «es siempre preferible el proceso que active más áreas cerebrales, porque provoca mejores aprendizajes, más profundos y duraderos». «Al escribir a mano -explica-, los movimientos que tenemos que realizar dejan una huella motora en el cerebro que facilita el posterior reconocimiento de las letras y de las palabras. Es decir, que ayuda a un mejor aprendizaje de la lectura». Según Canosa, profesor en el Centro Universitario Villanueva de Madrid y subdirector de Docencia de Fomento de Centros de Enseñanza, «la representación de cada letra, de su grafía, se fija mucho mejor al escribir a mano que al hacerlo con el teclado».
Con la grafomotricidad, agrega, se desarrollan la discriminación auditiva y visual, la organización espacio-temporal, la correcta presión y prensión del instrumento de escritura y el dominio de la mano, entre otras habilidades.

Un colegio donde los alumnos escriben sus libros de texto

lunes, 24 de noviembre de 2014

viernes, 13 de junio de 2014

Noticias de interés









El ruido que ha hecho Juan Gabriel

El ruido de las cosas al caer recibió un premio más, esta vez en Irlanda. Una novela que se lee en muchas partes.
POR MÓNICA QUINTERO RESTREPO | Publicado el 13 de junio de 2014
El ruido que ha hecho Juan GabrielLas reputaciones, el libro más reciente de Juan Gabriel Vásquez, no le ha quitado la reputación a El ruido de las cosas al caer, y eso que ya han pasado tres años desde que se ganó el premio Alfaguara y se publicó.

La novela recibió este jueves el premio literario Impac, considerado el más importante de Irlanda, pero interesante a nivel mundial porque las nominaciones las hacen bibliotecas de diferentes países, que esta vez fueron 150, de 39 naciones. La obra de Juan Gabriel fue nominada por la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de Ciudad de México.

"Un magistral thriller literario — explicó el jurado—. A través de un perfecto dominio de las líneas temporales, de unos misterios en espiral y de una paleta noir, revela cómo las vidas privadas se ven ensombrecidas por la historia: cómo el pasado es un depredador del presente, y cómo el destino, tanto de los individuos como de los países, acaba siendo moldeado por acontecimientos distantes o encubiertos".

El galardón nació en 1996 y es la primera vez que se lo gana un latinoamericano, si bien es la segunda obra en español. En 1997 lo recibió Javier Marías por Corazón tan blanco. Otros autores que están en la lista son los nobel Herta Müller y Orhan Pamuk. 

En la edición 19 del Impac participaron 152 obras, todas escritas o traducidas al inglés. El ruido de las cosas al caer la tradujo Anne McLean en 2013, aunque ya se puede leer en 17 idiomas más.

Juan Gabriel compitió al final con 10 novelas, entre ellas El viajero del siglo del argentino Andrés Neuman, Absolución del estadounidense Patrick Flanery, El jardín de las brumas del malasio Tan Twan Eng, Diez gansos blancos del holandés Gerbrand Bakker, La muerte del padre del noruegoKarl Ove Knausgaard, Tres mujeres fuertes de la francesa Marie NDiay e y Questions of travel de la australiana Michelle de Kretser. Escritores y novelas de todas partes.

El colombiano recibe 75 mil euros (casi 200 millones de pesos) y la traductora 25 mil (casi 50 millones).

Esta novela ha sido la más exitosa de Juan Gabriel. Además del Alfaguara en 2011, se ganó el English Pen Award 2012 y el Gregor von Rezzori-Città 2013. También fue finalista del premio Médicis, del Bienal de novela Vargas Llosa y del The Independent Foreign Fiction 2013, uno de los más prestigiosos.

Un reconocimiento más, que hizo emocionar al escritor. "A menudo he dicho que hay dos libros que me llevaron a ser escritor: Cien años de soledad, que leí cuando tenía 16 años, y Ulises, de Joyce, que leí tres años después. Siempre me he sentido como en casa tanto en Dublin como en la literatura irlandesa. Así que en más de un sentido, este premio es una especie de regreso a casa", dijo Juan Gabriel, en sus primeras declaraciones.

Un premio más con el que el autor hace más ruido, no al caer, sino al ganar.

ENTREVISTA

Pura emoción

JUAN GABRIEL VÁSQUEZ 
Escritor

Un premio más...


"La lista de los premiados es especial para mí como lector. Desde novelas como Corazón tan blanco de Javier Marías, que me ha influenciado, hasta las últimas novelas, por ejemplo la de un irlandés, Colm Tóibín, que es uno de los escritores de su generación que me interesa. Es una lista fantástica y estar ahí es un honor, y ser el primer latinoamericano que gana, pues doblemente".

El ruido sigue resonando

"Ha tenido una vida más allá gracias a las traducciones, que siguen saliendo, y es leído en contextos distintos. A pesar de que lo publiqué hace tres años, que tenga esa vida larga es fantástico y ya vendrán otros".

¿Qué tiene que gusta en otros contextos?

"Creo que aunque el escenario y la problemática social e histórica es muy colombiana, el libro, como todas las novelas que a mí me interesan como lector, habla de temas universales. A mí no me interesa Tolstoi porque describe a la Rusia de su tiempo, sino porque me habla de temas morales, humanos, que yo entiendo inmediatamente. Con esta novela pasa lo mismo. La gente entiende que más allá de su contexto colombiano, habla de cosas que le importan a todos, como son las relaciones humanas o el hecho de vivir en una sociedad amenazada por un tipo de violencia impredecible".

¿En qué anda?

"Estoy escribiendo un libro nuevo, pero no estoy ni siquiera muy seguro que sea novela. Creo que sí, a pesar que está muy apegada a la realidad y que el narrador soy yo. Es una historia sobre algo que pasó en Colombia en 1914 y no puedo hablar más porque García Márquez decía que si uno habla mucho de los libros acaba por no escribirlos".

EN DEFINITIVA

Juan Gabriel Vásquez recibió un nuevo premio internacional, el Impac, por su novela El ruido de las cosas al caer. Compitió con 152 títulos de todo el mundo y recibe 75 mil euros.

lunes, 19 de mayo de 2014

Noticia de interés

Escritores que se llaman distinto

Los nombres de los autores son, algunas veces, un juego literario, que hace parte de lo que quieren ser.
Por MÓNICA QUINTERO RESTREPO | Publicado el 19 de mayo de 2014
El nombre de Gabriel García Márquez debió ser Olegario, que era el santo del 6 de marzo, porque en ese entonces, 1927, se usaba ir a mirar el santoral para nombrar a los bebés. Nadie tuvo a la mano el santoral ese día, en que el primogénito de Luisa Santiaga casi se estrangula con el cordón umbilical. Le pusieron, de urgencia, el primer nombre de su papá, Gabriel, y el de José, el carpintero, por ser el patrono de Aracataca.

También se salvó el Nobel de tener un nombre que no hubiera cabido en las tapas de los libros. "Misia Juana de Freytes —contó él mismo en Vivir para contarla— propuso un tercer nombre en memoria de la reconciliación general que se lograba entre familias y amigos con mi venida al mundo, pero en el acto de bautismo formal que me hicieron tres años después olvidaron ponerlo: Gabriel José de la Concordia ". Los libros, no obstante, olvidaron el José.

No a todos los escritores les ponen un nombre de escritor, es decir, que tenga un algo de sonoridad, un algo de poesía o un algo que le interese al editor. Entonces el nombre empieza a acomodarse a las necesidades.

Son varias cosas, como querer un nombre bonito, que uno de los personajes se vuelve creador, que alguien fue primero escritor y ya usó el nombre, que el mercado necesita un nombre más corto, más vendedor y, sobre todo, "hace parte de lo que uno quiere ser en la literatura. Un poco todos tenemos nuestro toque vanidoso", explica Paula Dejanón, coordinadora de Estudios Literarios de la UPB.

Algunos se quitan el nombre que no les gusta, otros se ponen un seudónimo, aunque ahora no se use tanto, salvo para los concursos. Darío Jaramillo Agudelo, el poeta y editor, al que su editor en sus últimos libros le llama Darío Jaramillo, sin el Agudelo, dice que "hay, también, nombres que parecen seudónimos, como el del poeta mexicano Amado Nervo, que se llamabaAmado Nervo".

A Darío no ponerse el Agudelo le da lo mismo, y aún más dejar el de Jesús, que nadie lo ha llamado así, salvo sus amigos cuando se quieren burlar, pero cree que los nombres cortos ayudan a la memoria. Tal vez por eso Julio Cortázar se quitó su segundo nombre, Florencio, y su último apellido, Descotte. 

Lo mismo le pasó al colombiano Evelio José Rosero Diago, que terminó siendo solo Evelio Rosero."Eso fue un juego conmigo mismo", dijo en una entrevista en El Colombiano, en 2012. A veces firmaba Evelio José Rosero, Evelio Rosero, Evelio J. Rosero, a veces completo. Hacía todas las combinaciones posibles. "De veras era un capricho, el momento anímico en el que me encontrara". Los editores, en cambio, le sugerían un nombre uniforme, para que el lector lo encontrara.

Hay más ejemplos. Pocos saben que Héctor Abad Faciolince es Héctor Joaquín, y de cuando en vez, algún descuidado lo llama por su último apellido, que es más sonoro. El argentino Ricardo Piglia es Ricardo Emilio Piglia Renzi, pero él eligió Ricardo y Piglia para él, y Emilio y Renzi para su álter ego, que está en todos sus libros.

Virginia Woolf no fue siempre Virgina Woolf. Su nombre era Adeline Virginia Stephen. Woolf era su apellido de casada.

Macedonio Fernández, el escritor argentino —comenta Darío Jaramillo —, quiso ser presidente y dejaba papelitos en los cafés donde invitaba a votar por Macedonio. Llamarse Macedonio le ahorraba el apellido.

Santiago Roncagliolo, por el contrario, se ahorra el nombre. En su familia circulaba la leyenda de que su tatarabuelo era contrabandista y "se puso este apellido impronunciable para que nadie pudiera escribirlo bien en los documentos, y lo ha logrado. Han pasado más de cien años y aún nadie puede escribirlo bien". Solo que después de que se recuerda, no se olvida.

Nombres inventados
La otra historia está en los seudónimos. 

Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto desde joven fue Pablo Neruda, para no incomodar a su papá, que no quería que fuera poeta. 

"No falta el escritor que además de la autoría de los versos debe responder a la policía: entonces se cambia el nombre; eso le pasó a Miguel Ángel Osorio, que salió por Barranquilla llamándose Ricardo Arena les y después se llamó Main Ximénez y terminó siendo Porfirio Barba Jacob", cuenta el poeta y editor.

León de Greiff firmaba con su nombre de pila, pero en los libros se desdoblaba en otros yo, que fueron más de 70, "todos con su propia fisonomía —inventada— y su propia biografía, también inventada". Algunos fueron Sergio Stepansky, Leo Le Gris, Gaspar de la Noche, Matías Aldecoa.

Tal vez no les importaba. Tal vez, como expresa Paula, fuese un juego de exploración poética, de observar su identidad literaria, pero, sería lo mismo leer a María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga y no a Gabriela Mistral y Samuel Langhorne Clemens y no a Mark Twain

EN DEFINITIVA

Los nombres de los escritores no siempre son los que les pusieron al nacer. Muchos se lo cambian, otros lo acomodan. Puede ser gusto, sonoridad o consejo.

miércoles, 23 de abril de 2014

23 DE ABRIL DÍA DEL LIBRO Y EL BIBLIOTECARIO

Poema de los dones
Nadie rebaje a lágrima o reproche
Esta declaración de la maestría
De Dios, que con magnífica ironía
Me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños
A unos ojos sin luz, que sólo pueden
Leer en las bibliotecas de los sueños
Los insensatos párrafos que ceden.
Las albas a su afán. En vano el día
Les prodiga sus libros infinitos,
Arduos como los arduos manuscritos
Que perecieron en Alejandría.
De hambre y de sed (narra una historia griega)
Muere un rey entre fuentes y jardines;
Yo fatigo sin rumbo los confines
De esta alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente
Y el Occidente, siglos, dinastías,
Símbolos, cosmos y cosmogonías
Brindan los muros, pero inútilmente.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca
Exploro con el báculo indeciso,
Yo, que me figuraba el Paraíso
Bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra
Con la palabra azar, rige estas cosas;
Otro ya recibió en otras borrosas
Tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías
Suelo sentir con vago horror sagrado
Que soy el otro, el muerto, que habrá dado
Los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema
De un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido
Mundo que se deforma y que se apaga
En una pálida ceniza vaga
Que se parece al sueño y al olvido.
Jorge Luis Borges

lunes, 24 de febrero de 2014

APRECIADOS USUARIOS

INFORMAMOS QUE EL DÍA  MARTES 25 DE FEBRERO, LA BIBLIOTECA ATENDERÁ DE 2:00 p.m. A 6:00 p.m.


martes, 11 de febrero de 2014

Noticias de interes

Seguridad en Internet

Hoy se celebra el Día Mundial de la Seguridad en Internet, tenga en cuenta la siguiente guía.
Natalia Ardila abrió los ojos como platos y chilló: “¡Me ‘hackearon’ mis cuentas de correo, mi Facebook y mi Twitter!”.Propinó un soberano puñetazo a la mesa y especuló: “El que lo hizo debe ser tremendo ‘ñoñazo’, un ‘hacker’ de esos que viven sumergidos en sus códigos incomprensibles”.
Son muchas las víctimas de este tipo de ataques. Al igual que Natalia, suelen creer que los mismos fueron perpetrados por mentes maestras. Sin embargo, desconocen que, de seguro, sus malas prácticas llevaron a que vulnerar sus cuentas fuese más un asunto de astucia y de oportunismo que de pericia técnica. A veces, quien consuma el golpe no es más que un exnovio enfurecido o un pretendiente desdichado con conocimientos promedio en sistemas informáticos.
Cuando le pregunté a Natalia cuál era la contraseña que usaba, hasta ese momento, en su cuenta de correo principal, bajó la mirada y masculló, no sin algo de vergüenza: “El número de mi cédula, ¡pero ya la cambié!”. Esa breve confesión fue suficiente para comprender que detrás de tal infortunio no se encontraba una mente maestra necesariamente.
Con motivo del Día Mundial de la Seguridad en Internet, EL TIEMPO preparó esta guía para que a usted no le pase lo mismo a que Natalia. Se trata de diez consejos básicos para promover el uso responsable y seguro de las nuevas tecnologías. Fueron aportados por expertos de Google, ESET y Symantec.
1. No comparta las contraseñas
Según un estudio de McAffee, el 46 por ciento de los adultos comparte sus contraseñas por redes sociales, correos y sistemas de mensajería instantánea, ¡gran error!
Las contraseñas son el equivalente en la web a la llave de su casa. No las divulgue a otros, ni siquiera a su pareja (puede que se convierta en su ex y termine usando la clave para 'desahogar' sus penas amorosas).
2. Cree una contraseña segura
Una contraseña extensa y compleja es difícil de adivinar. Un análisis realizado por la Universidad de Cambridge, a una base de datos con 32 millones de contraseñas, permitió establecer que solo el 54 por ciento de las claves incluía números y solo el 3,7 por ciento contenía caracteres especiales como & o $.
Una forma de crear contraseñas fuertes es pensar en una frase o enunciado que otras personas no conozcan y luego utilizarlo para generar tu contraseña”, señalan los expertos de Google. Por ejemplo:

a) Piense en un mensaje personal como: "Me gustaría poder contestar todos los correos que recibo de forma rápida y concisa".
b) Construya la clave de acceso con los números, los símbolos y las primeras letras de cada palabra para obtener algo como: “Mgpct_2lcqrdfr&c”. Evite usar frases populares o canciones.

Además, use sistemas de autentificación de dos factores. Normalmente, para iniciar sesión en un servicio, ingresamos una sola contraseña. "Al habilitar el sistema de dos fases, además de una clave, se introduce un dato adicional, generalmente en forma de un número generado de forma aleatoria, o token, que pueden enviarse a nuestro teléfono móvil por SMS", explica Symantec.
3. Aprenda a borrar su dispositivo de forma remota
Asegúrese de poder localizar su teléfono y borrar datos de manera remota si pierde su celular o se lo roban. Servicios como el 'Administrador de Dispositivos de Android' pueden ubicar su teléfono en un mapa y hacerlo sonar para que lo pueda encontrar (aún si se encuentra en modo silencioso).
Si su teléfono ha sido robado y resulta imposible recuperarlo, puede borrar todos los datos contenidos en el dispositivo mediante las herramientas de acceso remoto.
Este servicio está disponible para dispositivos con Android 2.2 o superior. Para saber si se encuentra habilitado para su terminal, inicie sesión en su cuenta de Google y visite la dirección www.android.com/devicemanager.
También pueden usar las herramientas de iCloud si cuenta con dispositivos Apple. Vea más información en http://support.apple.com/kb/PH2701?viewlocale=es_ES
Algunos fabricantes incluyen herramientas personalizadas para borrar los datos de forma remota o localizar el celular. Tal es el caso de Kaspersky Mobile Security  y las soluciones en la nube creadas por Huawei para sus teléfonos.
4. Use una contraseña diferente para cada cuenta
Si usa la misma contraseña para todo, los ladrones pueden robar sus datos de otro sitio, y luego usarlos para iniciar sesión en otros sistemas, aplicaciones o portales. Si le cuesta trabajo recordar muchas claves distintas, use un administrador de contraseñas como los ofrecidos en latienda de extensiones de Google Chrome u otras opciones de terceros como LastPass,  Dashlane1Password y RoboForm
5. No ignore las advertencias en línea
Algunos portales son señalados como sospechosos porque pueden contener programas maliciosos. "Por ejemplo, Google muestra entre 12 y 14 millones de advertencias por día en respuesta a búsquedas", señalan los expertos de Mountain View. No ignore esas alertas. Tome en consideración que algunos sitios considerados como seguros pueden caer bajo un ataque de manera temporal. Lo prudente es esperar a que la advertencia sea removida.

Si usted se infecta con programas maliciosos, es posible que secuestren su dipositivo  (sea pc, móvil o tableta) y lo usen para llevar a cabo actividades delictivas. Por ejemplo, enviar mensajes de texto masivos a instituciones del Gobierno. Por otra parte, como la mayoría de los usuarios asocia su teléfono a un número de tarjeta de crédito, existen programas que empiezan a comprar aplicaciones en línea sin nuestro consentimiento.
6. Visite portales seguros
Las direcciones web https:// son más seguras que las http://. Los portales transaccionales (como bancos o tiendas en línea) deben empezar por https://.

Además, evite el 'phishing', una forma de engaño.

"Si hace clic en un link y lo lleva a un sitio web que parece una página de inicio de sesión de una red social, no escriba su contraseña y revise la barra de dirección para asegurarse de que no sea solo un URL largo que contiene la palabra Twitter o Facebook en él. Abra una nueva ventana y escriba en la barra de navegación la dirección twitter.com o facebook.com para ver si su sesión sigue activa y asegurarse de que está entrando en la página correcta", indican los expertos de Symantec.
7. Asegure la red Wi-Fi
Compruebe qué tipo de protocolo de seguridad protege la red mirando la configuración Wi-Fi. WEP es el sistema de seguridad inalámbrica más antiguo, por ende es el más débil. WPA le sigue y WPA2 es el mejor.
Si es posible, use el protocolo WPA2. Consulte con su proveedor para conocer detalles de este aspecto técnico o acceda al administrador de su ‘router’.
Por último, cree una contraseña segura para su red Wi-Fi. Para tal propósito, siga las recomendaciones dadas en el segundo apartado de esta guía. No le dé la clave a extraños.
8. No comparta información sensible en redes sociales
Antes de escribir su teléfono celular en un trino o en un estado de Facebook, piénselo dos veces. Algún criminal puede emplear esa información en su contra, no solo para acceder a su información sino para acabar con su tranquilidad. Lo mismo aplica para otros datos relevantes como números de tarjeta de créditos, cédula, cuentas bancarias o correos electrónicos personales.
9. Bloquee la pantalla de su dispositivo
Configure el bloqueo de pantalla en el teléfono o la tableta. Pueden asegurar su dispositivo con un número de identificación personal (PIN), una contraseña, o un patrón (e incluso con reconocimiento de rostro). Ello dificultará el acceso a su información.
10. Use antivirus
Contar con un software de seguridad informática es vital para mantener nuestro sistema seguro. Algunas de las soluciones presentes en el mercado son gratuitas: Ad-Aware Free Antivirus Avast! Free Antivirus 2014AVG Antivirus Free 2014Bitdefender Antivirus Free y Comodo Cleaning Essentials 6. Uno de los mejores para eliminar malware o programas maliciosos es Malwarebytes Anti-Malware 1.70 Los antivirus gratuitos ofrecen un excelente desempeño.

KasperkyMcAfee y Norton se destacan como los mejores en la rama de las soluciones de pago. Sin embargo, puede descargar versiones de prueba.

ÉDGAR LEONARDO MEDINA
REDACCIÓN TECNOLOGÍA
@EdgarMed