REFLEXIÓN DE LA SEMANA

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“… No se posee la ciencia si primero no se tiene disciplina de sí mismo, y no hay disciplina donde no hay bondad. Solamente por la disciplina y la bondad poseeremos la ciencia. El enfermo nunca se cura simplemente oyendo al médico, sino observando sus prescripciones. A la sabiduría se llega no solamente por el discurso sino por la acción, de allí que pocos llegan a la sabiduría, porque pocos se ponen en camino de lograrla.  El deseo de la disciplina engendra el amor. Procurar, pues, instruirse, es ya amar la sabiduría. Pero la disciplina personal no debe ser servil, sino libre, para que lleve a obras por amor y no por temor…”

                                                                       

                                                                    
Hexaemeron. Collation II.3.4.